
Qué es la «bacteria carnívora” y por qué Europa cree que ahora es el mejor momento para extremar precauciones
Muchas de las enfermedades infecciosas a nuestro alrededor tienen un componente estacional. La gripe, por ejemplo, es cosa del invierno. Otras infecciones son más peligrosas en verano, como las causadas por la salmonella, o las causadas por las bacterias del género Vibrio.
Una infección estacional. Hace unos días, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) emitía un comunicado en el que recordaba que, con la llegada del verano, aumenta el riesgo de padecer vibriosis, las infecciones causadas por el género bacteriano Vibrio.
Quizás el nombre Vibrio no nos diga gran cosa, pero este género contiene varias especies de bacterias patógenas. A este género pertenece por ejemplo Vibrio cholerae, la bacteria causante del cólera. También en este género se encuentra la llamada la bacteria «carnívora», V. vulnificus.
Aguas salobres. Las bacterias de este género suelen habitar aguas salobres, aguas como los estuarios fluviales donde los niveles de salinidad son intermedios, no tan altos como en el mar pero mayores que en los ríos.
Estas bacterias pueden encontrarse en distintos contextos geográficos. En su comunicado, por ejemplo, el ECDC señala la presencia de estas bacterias en el mar Báltico, donde las condiciones de salinidad son especialmente favorable. El centro europeo cuenta con un sistema de monitorización del riesgo en el que también se señala el mar Negro como potencial foco de infecciones.
Dos vías. Las infecciones por Vibrio pueden producirse de dos formas muy distintas. La vía alimentaria es quizás la más común. Se produce generalmente a través de ejemplares de marisco contaminados por la bacteria y se produce cuando el animal se consume en crudo o poco cocinado. Los síntomas de esta infección son similares a los de otras gastroenteritis: diarrea, cólicos, vómitos, fiebre o escalofríos.
La otra vía de infección es a través de heridas, y se produce cuando nos bañamos en aguas contaminadas por esta bacteria con heridas abiertas. Estas infecciones pueden llevar a complicaciones como las que se da cuando la infección pasa a nuestro sistema circulatorio; pero también a la necrosis de los tejidos.
El sobrenombre de bacteria «carnívora» que se asigna a la especie V. vulnificus se debe a que las infecciones causadas por esta bacteria pueden causar fascitis necrotizante, la muerte de los tejidos infectados. Esta no es la única bacteria que causa este problema, de hecho hay bacterias, como los estreptococos del grupo A que asociamos a este problema con mayor frecuencia, por lo que en realidad el apelativo puede usarse para referirse a bacterias de especies muy lejanas.
Riesgo relativo. La gravedad de las vibriosis depende de varios factores. Las personas más vulnerables son aquellas con problemas de hígado, sistemas inmunes comprometidos y de edad avanzada.
En Europa y en España. La última epidemia de cólera en España se produjo en la década de 1970, pero desde entonces diversos países europeos han visto brotes causados por esta y otras bacterias del género Vibrio. En España, por ejemplo no tenemos que irnos muy atrás para encontrar casos recientes de vibrosis (más allá del caso de cólera detectado hace unos años en Madrid).
Según explica el ECDC, los casos de vibriosis siguen siendo “relativamente infrecuentes” en Europa. Entre 2014 y 2017 se registraban una mediana anual de 126 casos, si bien en 2014 un brote más importante dejó 445 casos registrados. La ola de calor registrada ese año puede ser vinculada con el aumento en los casos. En España también se han llegado a registrar infecciones, incluso algunas protagonizadas por V. vulnificus.
Según advierten los expertos, este tipo de infecciones suponen un riesgo que crece verano a verano debido al aumento de las temperaturas asociado al cambio climático. Este aumento no afecta solo a las concentraciones de esta bacteria en determinadas aguas, también implica su expansión geográfica a estuarios y mares donde antes su presencia no había resultado problemática.
¿Deberíamos preocuparnos? La advertendia del ECDC debería verse como un recordatorio para extremar la precaución, no como una alerta sanitaria o alimentaria. En verano conviene aumentar nuestra precaución.
El riesgo de contraer estas infecciones es mayor por distintos motivos: el aumento en la temperatura del agua permite que estas bacterias proliferen con mayor facilidad, lo que aumenta sus concentraciones y con ello el riesgo de infección; además, el mero hecho de pasar más tiempo en estas aguas hace que nuestra exposición sea mayor.
Según detalla el ECDC, reducir el riesgo de estas infecciones está en parte en nuestra mano. Evitar el marisco crudo o mal cocinado (especialmente las ostras, destacan) puede evitarnos un susto. En el caso de los bañistas, el centro recomienda cubrir heridas abiertas, piercings o tatuajes recientes, evitando en la medida de lo posible el baño en aguas salobres. Si la herida se produce mientras estamos en el agua, conviene limpiarla adecuadamente y con agua dulce para evitar infecciones.
Imagen | Tiffany Jae / CDC/Janice Haney Carr
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La noticia
Qué es la «bacteria carnívora” y por qué Europa cree que ahora es el mejor momento para extremar precauciones
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Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
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