España es uno de los países menos perjudicados por los aranceles de EEUU. Excepto por dos cosas: el aceite y el vino

España es uno de los países menos perjudicados por los aranceles de EEUU. Excepto por dos cosas: el aceite y el vino

«Quienes esperan un huracán agradecen una tormenta». La frase es de Wolfang Groe Entrup, presidente de la Asociación Alemana de la Industria Química (VCI) y resume bien el sentimiento con el que buena parte de la clase política y economía de la Unión Europea contempló ayer el apretón de manos de Ursual von der Leyen y Donald Trump que pone punto (¿y final?) a la escalada de tensión comercial de los últimos meses. La UE acepta que sus exportaciones al otro lado del Atlántico se vean penalizadas por un arancel general del 15%. Y lo hará sin reciprocidad y con una letra pequeña aún pendiente de concretar y que se promete crucial.

En España hay dos sectores que ya están en guardia: el vino y aceite de oliva.

¿Qué ha pasado? Que tras meses de tira y afloja, cruces de porcentajes y amenazas de aranceles de hasta el 50%, EEUU y la UE han alcanzado al fin un acuerdo marco para sus relaciones comerciales. Quedan aún incógnitas, pero el domingo la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y su homólogo Donald Trump, cerraron un pacto que establece un gravamen general del 15% a las exportaciones europeas. El acuerdo se selló lejos de la Casa Blanca o Bruselas, en un campo de golf escocés que pertenece al propio Trump.

¿Qué acordaron? El dato clave es ese 15% de arancel general que se aplicará a las exportaciones comunitarias que crucen el Atlántico con destino EEUU. El otro pilar del pacto es que no habrá reciprocidad. Las importaciones ‘made in USA’ no se enfrentarán a una tasa similar en la Unión, que asume además el compromiso de comprar durante los próximos años productos energéticos estadounidenses por valor de 750.000 millones de dólares y elevar su inversión a 600.000 millones.

El acuerdo incluye sin embargo una letra pequeña igual de importante que aún arroja algunas dudas. Se sabe que Washington mantendrá un arancel del 50% al acero y aluminio, aunque von der Leyen matizó que esa tasa podría reemplazarse por un sistema de cuotas a medida que se perfilen las negociaciones, y que EEUU aplicará excepciones a ciertas mercancías que resultan estratégicas para el país.

¿Qué excepciones? Se conoce el trazo grueso. Durante su intervención en Escocia von der Leyen solo dio algunas pistas, sin ahondar en detalles: «Hemos acordado aranceles cero por cero para varios productos estratégicos. Esto incluye todas las aeronaves y componentes, ciertos productos químicos, ciertos genéricos, equipos de semiconductores, ciertos productos agrícolas, recursos naturales y materias primas esenciales. Seguiremos trabajando para añadir más a la lista».

Sus palabras no tardaron en generar reacciones y no pocas críticas que lo consideran poco ventajoso o perjudicial para Europa. En España, por ejemplo, Pedro Sánchez lo «respaldó», pero «sin ningún entusiasmo». Algunos, como la industria alemana, ha alertado de sus «repercusiones negativas» para Europa. Otros, como los bodeguero, que llevan tiempo expectantes ante el diálogo entre Washington y Bruselas, están reclamando que se aplique un «arancel cero» al vino y advierten de las graves consecuencias si se mantiene un arancel del 10%.

Unión de Uniones asegura que, «según las primeras informaciones trascendidas», la lista de bienes estratégicos exentos deja fuera a «productos de gran relevancia para España», como el vino, el aceite de oliva, los quesos o los jamones.

¿Tan grave es? Según los datos estadounidenses, el año pasado el comercio de bienes entre EEUU y la UE ascendió a 975.000 millones de dólares, con un flujo de importaciones europeas bastante superior al de las exportaciones. En 2024 España exportó a EEUU mercancías por valor de más de 21.200 millones y hay estudios que señalan que el impacto de los aranceles no sería excesivo: según el FMI, el impacto directo para nuestro país es de una décima de PIB por cada 10 puntos porcentuales de aranceles estadounidenses aplicados a la Unión Europea.

«A priori, el impacto directo sería limitado. Las ventas totales a EEUU representaron únicamente el 4,7% del total de exportaciones españolas en 2024, por lo que se trataría de un afecto acotado. No obstante, podría ser relevante en los sectores con una exposición mayor al mercado americano», advierte la Cámara de Comercio de España. Entre ellos hay dos claves por el peso que tiene EEUU en sus exportaciones: el vino y aceite de oliva. A modo de referencia, se calcula que solo entre España e Italia exportan el 65% del aceite que necesita el país.

¿Qué dice el sector del vino? Está expectante. «Parece que en los próximos días podría haber negociaciones para ciertos productos agrícolas, cero por cero, que es lo que los sectores europeos y estadounidenses han estado pidiendo», señala José Luis Benítez, de la Federación Española del Vino, en declaraciones recogidas hoy mismo por El País. «Si hay alguna excepción, esperamos que la Comisión Europea (CE) entienda que el vino debería ser una de ellas».

El Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas ya ha reclamado a la Unión y Estados Unidos que su acuerdo incluya el vino entre sus mercancías con «aranceles cero», que a priori, según lo avanzado ayer en Escocia, incluirá algunos productos agrícolas. «El comercio de vino UE-EEUU ha sido una relación beneficiosa mutua», reivindica. «Por cada dólar que los europeos obtienen vendiendo vino a EEUU, la distribución norteamericana y los sectores de la hostelería consiguen 4,5».

¿Y el aceite? El portavoz de ASAJA Jaén, Luis Carlos Valero, reconoce que la imposición del 15% resulta «totalmente negativa» para sus intereses, aunque de momento se muestra cauto: «Hay que esperar a ver realmente cómo se aplican esos aranceles». En el pasado el sector del aceite de oliva ya se enfrentó a gravámenes impuestos por Donadld Trump, pero solo penalizaron el producto envasado, por lo que reconocen que si se repitiese ese mismo patrón el impacto sería «mínimo».

«La inmensa mayoría de los exportadores que van a EEUU tienen situadas allí las envasadoras y se lleva a granel, por lo tanto estaríamos exentos de ese arancel», razona en una entrevista con Europa Press en la que insiste en que aún es «muy pronto». «Hay que esperar a ver realmente en qué queda esto, cómo se aplica».

¿Hay más reacciones? Sí. Y su tono varía de la preocupación al enfado o la expectación. La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas ha tachado el pacto de «injusto y desequilibrado», mientras que Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos advierte que el arancel general del 15% será «un duro golpe para las exportaciones españolas emblemáticas como el vino y aceite».

El organismo reconoce que el acuerdo evita males mayores y aporta «cierta estabilidad» al comercio transatlántico, pero aun así alerta de sus condiciones. «Trump ha puesto sobre la mesa que era susto o muerte y la UE ha tragado con susto, aceptando unas condiciones que perjudican gravemente a sus agricultores y ganaderos», lamenta la organización agraria, que ve el acuerdo «desequilibrado». La organización Asoliva también previene de distorsiones en el mercado que tendrán el acuerdo alcanzado ayer en Escocia entre la UE y EEUU.

Imágenes | CE y Ursula von der Leyen (X)

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España es uno de los países menos perjudicados por los aranceles de EEUU. Excepto por dos cosas: el aceite y el vino

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por
Carlos Prego

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