
Creíamos que las ZBE de España eran una idea ambiciosa hasta que descubrimos el plan de Vietnam: acabar con sus motos
Hanoi es la capital de Vietnam, una ciudad en la que viven ocho millones de personas. Casi todos tienen una moto. No es una exageración: la estimación es que hay entre 6 y 7 millones de motos en la ciudad. El uso de las motocicletas representa entre el 85% y el 90% del tráfico rodado en el país y el Gobierno ha tenido una idea borrar del mapa todas las motos de combustión en el centro de la capital para 2026.
Y los fabricantes de motos eléctricas se frotan las manos.
En corto. La contaminación en las grandes ciudades asiáticas es un problema. Que sólo en Hanoi haya unos siete millones de motos, sin contar otros vehículos como coches, caminos y triciclos a motor, es una barbaridad que implica unos altos niveles de contaminación. En medio de la aventura que afronta medio mundo para lograr la descarbonización, los vehículos de combustión se han convertido en un problema y el Gobierno vietnamita ha decidido empezar a tomar medidas.
La medida se empezó a plantear en 2017, pero ya tenemos fecha definitiva: a partir del 1 de julio de 2026, las motocicletas con motores de combustión no podrán circular por el centro de Hanoi. La medida forma parte de un plan nacional mucho más ambicioso: eliminar totalmente las motos de combustión para 2045 con un doble objetivo: el de la contaminación del aire y, también, la contaminación acústica.
Mercado brutal. Aunque el plan entrará en vigor en esa fecha, se irá ampliando poco a poco para cubrir más distritos y, como apuntan en Electrek, más adelante también se aplicarán estas medidas a otros vehículos térmicos. Hanoi, además, no está sola en esto, ya que Saigón y Da Nang, con nueve y 1,2 millones de habitantes respectivamente, también están considerando adoptar estas medidas.
Será un golpe brutal para un mercado en el que las estimaciones apuntan a la existencia de 770 motos por cada 1.000 personas. Sólo en septiembre del año pasado, había 77 millones de motos registradas en el país, una absoluta barbaridad que deja fuera aquellas que no estén registradas por diversos motivos.
Fabricantes. El mercado, además, no para. Las ventas anuales están sobre los tres millones de unidades anuales con unas ventas sólo durante el primer trimestre de este 2025 de más de 670.000 unidades, lo que representa un 11,5% más que el mismo periodo del año anterior. Y este mercado está liderado, sobre todo, por las marcas extranjeras.
Honda cuenta con una cuota de mercado superior al 80% este año, con 200.000 unidades vendidas sólo en marzo. Yamaha, Piaggio, Suzuki y SYM son otras de las favoritas, pero hay una compañía que está creciendo a pasos agigantados y va a convertirse en la máxima ganadora de esta medida: VinFast.
Se frotan las manos. Tras Honda y Yamaha, es la marca que más está vendiendo este año y lo que tiene de especial es que se trata de una compañía de motos eléctricas. La cuota de mercado de este tipo de propulsión aumentó de un estimado del 5,4% en 2019 a un 12% en 2022. Fue un gran salto, sobre todo si tenemos en cuenta que no había medidas tan radicales como las que el Gobierno plantea en estos momentos y, actualmente, VinFast lidera el segmento de las motos eléctricas con un 43% del pastel. Además, es local.
Durante los cinco primeros meses de este año, las ventas en este segmento han aumentado y la compañía ha vendido un 488% más. Con las grandes ciudades del país limitando las motos térmicas, la cifra de aquí a dos años puede ser estratosférica.
Quién lo paga. Como es habitual, las familias con ingresos más bajos. Hay unos 100 modelos de motos en Vietnam con modelos de baja cilindrada dominando el mercado, pero también con otras más grandes y potentes. La horquilla de precios es lo suficientemente amplia (modelos de Honda por menos de 800 dólares) como para que casi todo el mundo tenga una moto dentro de sus posibilidades económicas, pero con esta transición, también llega un problema.
Varias familias que dependen de las motos para su sustento ya han expresado en medios como Vietnam Express o Al Jazeera su preocupación por el cambio. Aquellas con menores ingresos tendrán dificultades para afrontar el cambio a una moto eléctrica y, además, hay quejas sobre la velocidad a la que se tendrá que tomar la decisión de cambio debido a que queda apenas un año para la prohibición.
Ayudas. Una forma de afrontar la situación es mediante un programa de ayudas. Como leemos en Electrive, hay dos medidas que pueden hacer desde el Gobierno para facilitar la transición. La primera es una serie de subvenciones a consumidores que permitan a los residentes sustituir casi medio millón de motos térmicas por equivalentes eléctricas.
Por otro lado, una mejora en las infraestructuras y en la red de carga. Porque, evidentemente, si se quiere lograr una transición tan agresiva, no se puede pretender que todo recaiga en el consumidor porque habrá muchos que no puedan llevar la moto a casa con un puerto de carga privado. En paralelo, y para atender al transporte público, la ciudad planea ampliar la flota de microbuses eléctricos. El mes pasado, Saigón ya empezó a ampliar su flota urbana de motos eléctricas.
Industria. Sólo queda esperar cómo se adapta el mercado con este cambio forzoso hacia las motos eléctricas, pero también habrá que ver cómo se adaptarán fabricantes como Honda o Yamaha. Porque estas marcas no sólo venden en Vietnam: fabrican en el país y, aparte de cubrir la demanda nacional, son un fuerte punto de exportación para el sudeste asiático.
Por no hablar de que es una industria que emplea a millones de personas y a la que este cambio no dejará indiferente.
Imágenes | An Huy, Steffen Schmitz
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La noticia
Creíamos que las ZBE de España eran una idea ambiciosa hasta que descubrimos el plan de Vietnam: acabar con sus motos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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