
China va a por quienes burlan sus controles de exportación. El foco está en los minerales estratégicos que sostienen su poder
Pekín acaba de endurecer su control sobre uno de sus activos más valiosos: los minerales estratégicos que alimentan chips, redes eléctricas y satélites. Un portavoz del Ministerio de Comercio aseguró que se perseguirá sin concesiones el contrabando.
El gigante asiático redobla la presión. China no se queda en los anuncios de una política firme: ha puesto en marcha un operativo que, según aseguran, ya arroja resultados concretos. Durante los últimos dos meses, se han investigado múltiples casos de exportaciones ilegales, con detenciones de implicados y una “fuerte eficacia disuasoria”, apunta CGTN.
Una reunión clave del 19 de julio en Nanning —con presencia del Ministerio de Comercio, Seguridad Pública, Aduanas, Procuraduría y otros organismos— sirvió como punto intermedio tras la operación iniciada en mayo. En ese encuentro se acordó:
Establecer un Centro Conjunto de Coordinación de Aplicación y Control de exportaciones de artículos de doble uso.
Publicar casos judiciales ejemplares y ampliar la lista de entidades extranjeras sujetas a controles.
Emitir guías de cumplimiento para exportadores, con énfasis en evitar desvíos hacia fines militares.
Por qué estos minerales importan tanto. Los minerales estratégicos —incluidas tierras raras como neodimio, praseodimio y disprosio— son esenciales para industrias de alta tecnología: chips de computación, baterías de vehículos eléctricos, turbinas eólicas, satélites y equipos militares. China controla alrededor del 60% de la producción mundial refinada, lo que le otorga una posición crítica en las cadenas globales de suministro.
Contar con este dominio permite a Pekín influir en mercados clave y ejercer presión económica en contextos de tensión internacional. Además, el refinado de estas materias requiere tecnología avanzada y complejos procesos químicos, lo que eleva las barreras de entrada para otros países.
La amenaza: contrabando y fugas tecnológicas. El mensaje de Pekín no se limita al daño económico. El Ministerio de Comercio advirtió sobre un riesgo añadido: el contrabando de minerales puede facilitar la filtración tecnológica hacia actores extranjeros, incluidos los vinculados al ámbito militar. Se teme que ciertos materiales terminen en aplicaciones de defensa sin pasar por controles adecuados, eludiendo así los mecanismos oficiales de exportación.
Las autoridades aseguran haber detectado intentos sofisticados de sortear las normas: documentación falsa, transbordos a través de terceros países, y fragmentación de cargamentos para reducir el escrutinio aduanero. La complejidad técnica de estos esquemas obliga a una vigilancia constante, según el propio He Yadong.
No es la primera vez que se intenta frenar esto. Frenar el contrabando de productos estratégicos no es nuevo, y rara vez es sencillo. Las restricciones impuestas por Estados Unidos sobre chips avanzados y GPUs de NVIDIA ofrecen un ejemplo claro: pese a la prohibición formal de exportar modelos como la A100 o H100 a China, análisis recientes indican que estos componentes siguen llegando al país a través de redes opacas y triangulaciones con países terceros.
Un movimiento con ecos geopolíticos. La decisión de endurecer el control sobre los minerales estratégicos no puede entenderse al margen del pulso entre potencias. Mientras Estados Unidos multiplica los controles sobre chips, IA y exportaciones sensibles, China contraataca en uno de los pocos terrenos donde tiene margen de maniobra real: el de las materias primas críticas.
El país es responsable de más del 85% del refinado global de tierras raras, y ha comenzado a utilizar esa posición como herramienta de presión. Ya lo demostró en 2023 con la imposición de licencias para exportar galio y germanio, dos minerales esenciales para electrónica avanzada y defensa.
Este nuevo giro endurece aún más su postura y se interpreta como una respuesta al cerco occidental. No es un cierre total, pero sí un recordatorio de que quien controla los materiales, controla una parte del juego.
¿Darán resultado estas medidas? Lo que no está claro es si estas medidas serán efectivas en el largo plazo. Las redes de contrabando suelen adaptarse rápido, sobre todo cuando hay intereses globales en juego y beneficios económicos elevados. Tampoco sabemos si estas decisiones afectarán a los precios, al suministro internacional o a la posición negociadora de China en futuras disputas tecnológicas.
Imágenes | Alejandro Luengo | Craig Thomas
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China va a por quienes burlan sus controles de exportación. El foco está en los minerales estratégicos que sostienen su poder
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Xataka
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Javier Marquez
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