La NASA perdió la mejor cámara que tenía en Júpiter. Un plan suicida ha servido para recuperarla con éxito

La NASA perdió la mejor cámara que tenía en Júpiter. Un plan suicida ha servido para recuperarla con éxito

Parecía el fin prematuro de la misión. La JunoCam, la cámara que nos ha regalado las imágenes más espectaculares de Júpiter y sus lunas, se estaba muriendo. La implacable radiación del gigante gaseoso había degradado el sensor de la sonda Juno convirtiendo sus fotos en un amasijo de ruido y líneas corruptas.

Había que intentarlo. Con un sobrevuelo de la luna Ío a la vuelta de la esquina, el equipo de la NASA se jugó el todo por el todo con una maniobra arriesgada: cocinar la cámara a fuego lento a 600 millones de kilómetros de distancia para intentar repararla.

Aunque todos en el centro de control aguantaron la respiración, la jugada funcionó. Y no solo eso, sino que el milagroso rescate ha sentado un precedente para futuras misiones espaciales.

La mejor fotógrafa de Júpiter. Intentarlo valía la pena porque la JunoCam no es una cámara cualquiera. Es la responsable de esas imágenes de Júpiter que parecen pinturas impresionistas y que, curiosamente, son procesadas por una comunidad de aficionados en la Tierra.

Pero su ubicación tiene un precio: está fuera del «búnker» de titanio que protege la electrónica principal de la sonda Juno. Los ingenieros de la NASA sabían que su vida útil sería limitada en uno de los entornos más radiactivos del sistema solar.

El calvario de la JunoCam. La sonda Juno, que llegó a Júpiter en julio de 2016, estaba diseñada para durar hasta 2018, pero su éxito ha llevado a la NASA a extender la misión varias veces. Durante las primeras 34 órbitas, la JunoCam funcionó a la perfección.

A partir de la órbita 47, los estragos de la radiación empezaron a ser evidentes. Para la órbita 56, en noviembre de 2023, la situación era crítica. «Casi todas las imágenes estaban corruptas», admite la NASA en un comunicado.

El planeta Júpiter y la Luna Ío fotografiados por Juno antes y después de la reparación

Una reparación a todo o nada. Diagnosticar el fallo de un componente a millones de kilómetros es una tarea titánica. Repararlo es un milagro. Las pistas apuntaban a un regulador de voltaje dañado en la fuente de alimentación de la cámara. Con pocas opciones, el equipo recurrió a un proceso llamado recocido o annealing.

La idea era, en esencia, calentar el material para después enfriarlo lentamente, con la esperanza de que el calor reparase los defectos microscópicos a nivel atómico. «El recocido a veces puede alterar un material como el silicio a nivel microscópico, pero no sabíamos si esto solucionaría el daño», explica Jacob Schaffner, ingeniero de la cámara.

Forjado a fuego. La NASA envió un comando a Juno para que el único calentador de la JunoCam elevara su temperatura a unos 25 °C, mucho más de lo habitual. El resultado fue un éxito… temporal. La cámara volvió a enviar imágenes nítidas durante varias órbitas.

Pero Júpiter no perdona. A medida que la sonda se adentraba más en los cinturones de radiación, el daño volvió con más fuerza. «Después de la órbita 55, nuestras imágenes estaban llenas de rayas y ruido», comenta Michael Ravine, jefe del instrumento. Con un próximo sobrevuelo cercano de Ío, solo quedaba una opción. Lo único que no habían intentado era llevar el calentador de JunoCam al máximo y ver si un recocido más extremo nos salvaría.

La recompensa. La primera semana no hubo mejoras. La tensión en el equipo era máxima. Pero a solo unos días del encuentro con Ío, las imágenes comenzaron a mejorar drásticamente. Para cuando Juno pasó a apenas 1.500 kilómetros de la luna más volcánica del sistema solar, la cámara funcionaba casi tan bien como el día de su lanzamiento.

El éxito de la maniobra permitió a Juno capturar imágenes detalladísimas y sin precedentes del polo norte de Ío. Las imágenes revelaron montañas cubiertas de escarcha de dióxido de azufre y ríos de lava que permitieron a los científicos reconstruir formaciones geológicas tan fascinantes como un lago de lava con una montaña de cristal en su interior.

Este logro es la culminación de una misión extendida que ha llevado a Juno a explorar las grandes lunas de Júpiter. Primero fue Ganímedes en 2021, el satélite más grande del sistema solar, y luego Europa en 2022. Ío era la siguiente en la lista, y perder la cámara principal habría sido un golpe duro. La reparación, eso sí, no es eterna. La NASA informa que el ruido ha comenzado a reaparecer en la órbita 74. Pero la lección aprendida es incalculable.

Imágenes | NASA/JPL-Caltech/SwRI/MSSS

En Xataka | La sonda Juno de la NASA envía seis fotos de su paso por Ío, la luna más inhóspita del sistema solar


La noticia

La NASA perdió la mejor cámara que tenía en Júpiter. Un plan suicida ha servido para recuperarla con éxito

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Matías S. Zavia

.