Hay señores levantándose a las 5:36 de la mañana para plantar su sombrilla en la playa de Torrevieja. La ley tiene cosas que decir

Hay señores levantándose a las 5:36 de la mañana para plantar su sombrilla en la playa de Torrevieja. La ley tiene cosas que decir

Sábado, 05.36 a.m. Playa del Cura, Torrevieja. Falta aún un buen rato para que amanezca y por las calles se ven todavía grupos de jóvenes que aprovechan las últimas horas de una noche de farra, pero las cámaras de Proyecto Mastral, una plataforma de información meteorológica, captan un fenómeno curioso en esta esquina del litoral alicantino: un hombre de camiseta blanca avanza por la arena cargado con sus pertrechos playeros, monta un par de tumbonas y clava una sombrilla en primerísima línea de playa, casi casi donde mueren las olas.

La grabación no muestra nada más, pero dado que a esa hora no hay ni un mísero rayo de sol no es descabellado pensar que el hombre se vuelve a casa para seguir durmiendo hasta que, ya de mañana, pueda reclamar su parcela de playa.

Sí, 5.36 de la mañana. El vídeo difundido por Proyecto Mastral no ha tardado en hacerse viral, con miles de reproducciones, por una razón muy sencilla: aunque ya estamos habituados a los bañistas que acuden a las playas a primerísima hora para reservar un hueco y luego marcharse, sigue sorprendiendo que haya gente dispuesta a hacerlo de madrugada. En el caso concreto de Torrevieja la grabación muestra que el primer ‘colono’ llega a las 05.36 y su sombrilla está plantada a las 05.41, cuando solo servía (como mucho) para protegerse de la luz de la luna.

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La ‘guerra de las sombrillas’. El vídeo refleja la escalada de la ‘guerra de las sombrillas’, un fenómeno que lleva ya años cocinándose en los arenales de medio país, sobre todo en los más concurridos. Su lógica es bastante simple: la pugna por hacerse con los mejores huecos en los arenales, en primera línea, lleva a algunos bañistas a madrugar para clavar sus sombrillas y demás enseres. A menudo guardan su sitio y luego se van. La versión estival de la pica en Flandes.

La práctica es habitual sobre todo en Levante e incluso ha alentado su particular economía sumergida. Hace justo un año La Opinión de Málaga informaba de que, a la venta ambulante de refrescos, toallas, gafas y masajes, se había sumado un nuevo negocio en las playas de la región: el alquiler de sombrillas a turistas por 10 euros. De hecho en solo una semana la Policía Local llegó a retirar unas 30.

Terratenientes playeros. Aunque las colas/pugnas/discusiones para plantar sombrillas o escenas intempestivas como la captada por Mastral resulten curiosas, de fondo hay un problema mayor: el uso de espacios públicos como si se tratase de fincas. Y eso no es algo exclusivo del Levante. Ni se hace solo con sombrillas.

En 2024 Vigo vivió su particular polémica después de que se viralizasen varias fotos de bañistas que acotaban parcelas (en algunos casos de varios metros) con hileras de cortavientos. El objetivo: atrincherarse dentro con toallas, neveras portátiles, sombrillas, sillas y mesillas, igual que en un bungaló.

De playas… y piscinas. El fenómeno tampoco es exclusivo de las playas. Las piscinas comunitarias tienen lo suyo. En 2022 circuló un vídeo que mostraba la competición encarnizada de los huéspedes de un hotel por hacerse con las mejores tumbonas de la piscina según se abrían las puertas de la instalación, a las 7.59 h. Algunos incluso corrían y lanzaban sus toallas para ocupar las plazas libres.

Llega una búsqueda rápida en TikTok para encontrar grabaciones similares. O incluso estampas aún más surrealistas, como una cola de toallas en un hotel de Mallorca, un particular sistema para guardar cola en la entrada de la piscina.

Un problema: la ley. El problema es que en su celo por disfrutar del sol, el bañista hipermadrugador de Torrevieja o los terratenientes de Vigo olvidan algo: la ley. Las playas están reguladas por la Ley de Costas 2/1988, que avanza que los arenales «no serán de uso privativo», pero algunos ayuntamientos han ido más allá especificando claramente qué no pueden reservarse espacios. Es en esos casos en los que los veraneantes deben tener más cuidado al plantar sus toallas.

En septiembre de 2015 sin ir más lejos la Policía Local de Torrevieja le puso una multa de 150 euros a un bañista por instalar su sombrilla a primera hora del día en un lugar privilegiado de la playa del Cura para reservar sitio. De nada le sirvió recurrir y alegar que estaba dándose un chapuzón, la pena se ratificó en 2016.

«Práctica peligrosa». «Quienes vivimos en Torrevieja sabemos que hay gente que a las 5.30 coloca su sombrilla en primera línea de playa y se va», explicaba al diario Las Provincias Javier Manzanares, concejal, antes de señalar que prácticas así complican la labor de los operarios que limpian los arenales. «Es una práctica peligrosa. Dificulta un trabajo que llevan a cabo hasta las seis de la mañana».

¿Qué dice la ley? Lo más conveniente es consultar las ordenanzas de cada municipio. En el caso de Torrevieja su normativa es muy clara: las autoridades considerarán una infracción leve «dejar instalados parasoles […], sombrillas, sillas, mesas o cualquier otro complemento, siempre que no se encuentren presentes sus propietarios, por el solo hecho de tener reservado un lugar en la playa».

No es un caso único. En 2022 Cullera publicó un bando en el que subrayaba la prohibición de instalar «elementos particulares» antes de las ocho de la mañana y advertía de que el propio Ayuntamiento se encargaría de retirarlos. El documento incluye otras indicaciones sobre el uso de los arenales y termina advirtiendo que saltarse sus indicaciones acarrea sanciones que pueden ir de 750 a 3.000 euros.

¿Hay más ejemplos? Sí. Unos cuantos. Lo de dejar sombrillas y sillas para reservar un hueco en las playas está prohibido en Torrox, Vélez-Málaga, Gandía, Algarrobo o Nerja, que se encargó de advertir del veto al comienzo de la pandemia. Y eso por citar solo un puñado de ejemplos. Quienes se saltan la ley se arriesgan a algo más que una reprimenda, como le ocurrió al bañista de Torrevieja de 2015. Eso sí, las sanciones pueden oscilar de un caso a otro. Algarrobo o Torrox, por ejemplo, advierten que si se encuentran sombrillas reservando espacios las retirarán y solo podrán recuperarse tras pagar una multa de 30 euros.

Imágenes | Rodrigo Soldon (Flickr) y M.M.V. (Flickr)

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Hay señores levantándose a las 5:36 de la mañana para plantar su sombrilla en la playa de Torrevieja. La ley tiene cosas que decir

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Xataka

por
Carlos Prego

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